Restaurante asturiano con un toque diferente en todos los sentidos. El local es precioso, la atención inmejorable y la comida espectacular. Pescados del día y
mariscos. Recomiendo la ensaladilla de bogavante especialmente. El cachopo un acierto también, así como la tabla (media) de quesos asturianos. Tienen
sidra muy fría con escanciador eléctrico. Amplia carta de vinos y opciones de cervezas. De postre optamos por la mousse de chocolate con helado de frambuesa. Productos de primera calidad, el precio lo merece. Tiene terraza, recomendado reservar.
Mercedes Romaniega Piñeiro